Tenía mucho tiempo de no verte. Hace mucho que no pasabas por mi mente. Hoy con cada trueno tuve un recuerdo tuyo muy fuerte. Qué habrá sido de ti. Que habrá pasado contigo. Donde estarás en este momento de lluvia.
Tl vez decidimos despedirnos prematuramente. No, no me arrepiento para nada. Sin embargo, como un día lo dijiste, hoy siento que nos faltó tiempo.
Cada trueno que veía…
Siempre el destino nos juega malas pasadas, sin embargo nunca se equivoca. Hoy puedo ver lo mucho que he crecido sin ti. Mi desarrollo lejos de ti me ha ayudado mucho.
Y tú, sin mí has madurado muchísimo. Sigues escribiendo esos malos chistes. Seguir manejando esas malas ideas, hizo que creyera que vas por buen camino. Esta vez sé que sin mí podrás controlarte.
Cada trueno hizo que pasaras por mi mente. Tu aroma vino, y con cada trueno que llegaba retumbaba tu nombre.
Llegué a pensar que te extrañaba. Que añoraba tu presencia. Tal vez aquella luz que iluminó tu rostro. Podría echarle la culpa a un mal rato, a una mala pasada, pero preferí dejarlo pasar.
Tardaré mucho en olvidar tu rostro, tu voz y tu risa. Cómo odiaba tu risa, y puede que es lo que más he extrañado de ti. Aquella risa que taladraba mi mente.
Por dios, cada rayos y cada trueno no me dejan hacer todo a un lado, por más que lo intentaba no salías en mi mente.
Decidí hablarte, llamarte con mi mente. Insistir en que me escuchabas. En que por última vez podrías estar de mi lado, escuchar cómo tantas veces lo hacías. Pero no, pareciera que evitabas mi llamada.
Decidí colgarte, decidí arrancarte. Decidí que con cada trueno. Con cada uno de los truenos que viera, era un momento de despedida…
