Sigo sin entender el tema de la ansiedad. A veces estoy muy bien, muy animado y con muchas ganas de desarrollar mi trabajo, mis objetivos personales y todas mis pasiones.
Es cierto que a veces (muchas de hecho) es por el tema de la procrastinación que dejo todo a un lado.
Sin embargo momentos como lo que estoy sintiendo en este momento me hacen sentir una opresión en el pecho. Muchas ganas de llorar. De saltar desde el lugar más cercano de donde estoy y salir corriendo. La ansiedad me genera crisis en los momentos más inciertos
Las ganas de llorar muchas veces las amarro, las entierro en lo más profundo de mi ser y sigo tratando de hacer mis “actividades”. Pero la ansiedad no me deja tranquilo.

Pero esa punzada en el cerebro y los ojos y sobre todo, la desesperación de no saber qué hacer con mi vida.
Siempre he creído que la ansiedad es un modo del cerebro de decir “algo está mal con tu vida” y es momento de cambiar.
Sé que no me gusta trabajar en una sola cosa. Soy alguien que le gusta tanto tantas cosas que a veces no sé a cual meterle la atención. El problema es cuando le meto dicha atención y me brillan los ojitos de algo más que tengo en mi agenda, en mis puntos diarios y en mi trabajo.
El momento de dejar a un lado todo hace que empiece de cero. Soy un planeador, una persona que le encanta generar nuevas ideas, nuevo contenido, nuevos negocios y nuevas formas de hacer las cosas. El problema viene cuando dejo las cosas y vuelvo a regresar.
No, no sé si la ansiedad es parte de eso. Sé que necesito un especialista, y sé que es el momento. Pensé que ya había dejado eso y me di cuenta que no, que en realidad sigo estancado.
Lo que sí estoy seguro es qué a veces quisiera dejar las cosas y huir, esconderme en una piedrita y que nadie me encuentre. Hacer las cosas sin obligación… En parte, la obligación es personal, pero muy necesaria.

La ansiedad… Pequeño Boicot
A veces la ansiedad lleva minutos, otras horas. Afortunadamente no me ha llegado a días.
Cuando las cosas se salen de mi control, cuando las cosas no salen como uno quisiera, o sobre todo, cuando llegan los problemas.
Ahorita, por ejemplo, trabajando en un Starbucks se fue la señal del internet. Literalmente me quedé desconectado para trabajar.
De por si ya tenía la crisis de la ansiedad. Sin embargo, hubiera podido trabajar en cosas que no necesitaran conexión (y miren que tengo muchas). Pero me llegó la ansiedad a tope sin saber qué hacer o cómo hacerlo.
Como si necesitara estar conectado a fuerzas. Sólo para revisar las redes sociales cada 5 minutos, viendo exactamente lo mismo.
Me desespera no saber qué hacer, y me desespera de la misma forma saber qué hacer y no hacerla. Y me desespera tener que hacer. En fin, al final, vivo desesperado.
Mi cerebro es una máquina de pensar, de sentir, y de dejar de pensar y de sentir. Me cuesta mucho desconectar mi mente y volverla a conectar.
Desde ayer estoy dándole vueltas y vueltas a una noticia que me dio mi novia y no me ha dejado tranquilo.
“Por qué no te vienes un tiempo a Tampico a vivir”. Y después me dijo que por qué no pongo algo de eventos allá.
Cierto que para ella fue una noticia fácil de enviar y digerir. Tal vez para la mayoría de la gente lo sería, y no tendría nada de malo.
Al contrario, mi novia no dijo nada malo. Lo malo es mi cerebro que no deja de darle vueltas y vueltas al asunto.
¿Cambiarme de Estado? Pero si amo mi DFctuoso con todas las ganas.
¿Dejar todo atrás? Siempre es un buen momento para empezar de cero con todas las ganas
¿Y todos mis planes? Pero si tus planes no se han concretado en ada
¿Y mi familia? Tu madre te amará estés donde estés
¿Y mis negocios? No has logrado concretar ningún negocio pleno
¿Y…? Y todas las dudas llegan a lo mismo. No es bueno ni es malo cambiarse. La decisión está personalmente en uno. Pero la mente de uno se boicotea solito pensando en puros errores.
Recuerdo que hace tiempo quería una persona a mi lado que su familia sea muy unida. Y me tocó una que lo es.
Pero me espanta vivir en un lado donde está con su familia y sea muy unida. Mi mente carajo… mi mente.
No sé que decisión tomaré. No sé si será momentaneo o definitivo, pero no puedo seguir boicoteándome de esa manera.

Al final la decisión tendría que quedar fija hasta el 30 de noviembre, puesto que el contrato de mi departamento vence en ese mes.
Pero me hace pensar en cosas que todavía no tengo por qué decidir y aún así, me sigue jodiendo mi mente.
Sé que no es culpa ni responsabilidad de nadie cómo funciona mi mente más que de mí. Y al final, como cualquier otro órgano lo tengo que cuidar.
Pero a veces… Muchas veces la ansiedad me jode mi forma de pensar.
La ansiedad boicotea muchas veces. Y en mi caso, bastante seguido.
Y como usualmente me despido. No te olvides de seguirme en mi Instagram, mi Facebook y mi Twitter y si quieres contactarme, da click en Contacto.
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