Pocas cosas en mi vida me gustan tanto como desconectarme con la lluvia. Es uno de mis mis placeres de la vida más fuertes.
A muchas personas no les gusta la lluvia, el frío o el viento. Yo curiosamente soy todo lo contrario, me encanta sentir en mi cara el frío y la lluvia y a veces es muy necesario poder sentir ese viento frío con gotitas en la cara.
El arte de desconectarme con la lluvia
Ayer salí a pasear a mi gordo y a aprovechar a terminar mis pasos diarios (tranquilos, como lo he dicho en posts anteriores, si salgo con mucha precaución, pero al final mi gordo es un perro acostumbrado a actividad, entonces necesita caminar algunos km al día. Pero bueno, la historia venía que aproveché a empezar a correr. Y justo cuando llevaba 1.75 km empezó a soltarse la lluvia.
Literal pensé que iba a ser una lluvia fuerte de unos minutos y podía continuar. Mi gordo cuando me paré se quedó con una cara de “ora, que pasó aquí” pero al final se sentó a esperar conmigo.
Y de repente… se empezó a soltar el granizo. Hace años no veía una granizada ten cerca de mí. Y en lugar de empezar a sentir miedo, enojo o desesperación, empecé poco a poco a Desconectarme con la lluvia. En ese momento me dejé ir y empecé a sentir una completa paz y cerré los ojos y me dejé llevar. Fue un sentimiento de trasladarme hacia un momento de tranquilidad, como si nada existiera.
No sé cuanto tiempo haya pasado que estuve con los ojos cerrados. La verdad tampoco creo que haya sido tanto, pero ha sido una de las mejores sensaciones que he tenido en muchísimo tiempo.
Reconectar para recomponer tu camino
Me di cuenta de cuánto extrañaba la lluvia. Es cierto, no era el mejor momento para mojarme, y después lo comprobé. En primera por mi perro, no me gusta que lo haga. Y en segunda, porque casualmente cuando llegué al depa no había agua y tuve que secarme a la antigua.
Pero ese sentimiento de desconectarme con la lluvia hacía muchísimo tiempo que no pasaba y me hizo reconectar una parte de mí que ya no recordaba.
A veces en los momentos más incómodos encuentras eso que habías perdido.
