Hoy cumplo 11 días sin fumar y ha sido una lucha “curiosa” por decirlo así sin probar el último cigarro de la noche. Si alguien entiende una gráfica cosenoidal, más o menos así sería. Empecé arriba, con muchos ánimos y poco a poco me fui hundiendo hasta antier lunes. Ese día empecé a subir el ánimo y hoy me siento muy bien.
Tal vez de los cigarros que me podía fumar en el transcurso del día, el que más extraño es el último cigarro de la noche. Ese que prendía y bocanada a bocanada lo iba consumiendo antes de irme a dormir (ya tenía un rato que había dejado de fumar en mi cuarto, por lo que lo fumaba en el comedor).
El último cigarro de la noche… o de la vida
Si bien llevaba 2 años poniéndome como un reto el dejar de fumar, no le prestaba mucha atención… “En algún momento lo tendré que dejar” siempre me repetía mi pequeña voz interior.
Siempre pensé que ese pequeño gran vicio iba a conservarme durante mucho tiempo, o tal vez durante toda la vida, pero hubo una conversación hace algunos meses que me hizo reflexionar y poco a poco empecé a presionarme.
En San Francisco, en mi viaje anual con mi amigo viajero (por decirlo de algún modo) me hizo ver que si seguía fumando, no iba a poder completar todos aquellos retos, aquellas metas o aquellos sueños que tenía.
“El vicio del cigarro y el estilo de vida que tú quieres no van de la mano. No son complementos, y, aunque te choque poner a decidir entre dos cosas, lo vas a tener que hacer”.
Este año 2020 pase lo que pase, tengo que dejarlo. Tengo que acabar con eso y empezar a montarme.
Algún día contaré toda la historia completa. Como se han dado las cosas paso a paso, pero la historia del ex fumador quedará muy bien aterrizada en mi mejor versión, en mi vida “NetKaizen” o en mi aprendizaje de estilo de vida.
Aún no decido bien cuál será. Pero al menos ya he podido dar un paso a la vez, 11 días sin fumar y sin poder admirar el último cigarro de la noche.
Si quieres ver más frases y comentarios, únete a mi red social preferida… https://instagram.com/escritoritinerante