Bien dicen que las reglas de convivencia son de las cosas más difíciles que hay, y en estas 4 paredes uno saca su lado más oscuro y difícil.
Y esto no me refiero sólo al hecho de vivir en pareja. También me refiero al hecho de vivir con hermanos, amigos o desconocidos.
Cuando uno está en ese momento te crees dueño de tus cosas. Cierto que al final pagas renta o servicios igual que cualquier otro, pero hay que respetar las reglas de convivencia.
Respetar las reglas de convivencia
Desde respetar las cosas del otro y también saber dónde las guarda en el caso de que se necesite acomodarlas.
Tengo que confesar que me caga la gente que dice “ay, es qué no vi dónde las dejaste” o peor aún donde las guarda uno con más de 2 años de vivir bajo el mismo techo.
O peor aún el desconectar cosas sin saber si son o no importantes. Tan sólo un mensaje puede bastar para que te digan si puedes o no desconectarlas, quitarlas, moverlas o que se yo.
Pero el hecho de que sólo porque si se quiten es desquiciante.
Por eso siempre he dicho que al final los favores pesan, y que también no hay nada como vivir sólo, o sabiendo que si vives con alguien puedes en cualquier momento moverte.
Las reglas de convivencia son lo mejor, pero hay que establecerlas desde un principio. Lástima que son de esas cuestiones que se aprenden hasta el final. Hasta que uno ya tiró la bomba y no hay modo de rescatar la situación.
Conocí una persona que pensando en qué iba a poder conquistar a la otra persona, se fue a vivir con ella y salieron casi casi como demanda de pensión. Cierto, yo lo vi venir desde el principio, pero uno va como gorda en tobogán sin hacer caso.
En fin, creo que ya me desahogué y a seguir adelante en este maravilloso día de andar pisa y corre.
Y ustedes… Cuéntenme, ¿Qué problemas han tenido con las reglas de convivencia?