Rara vez nos damos cuenta de la forma que aunque desprendamos luz y energía, etiquetamos a la gente. Nos encanta crear historias y pensar que es fácil decir que ta persona es de un modo sin conocerla. Tan solo nos guiamos por preámbulos que ellos mismos nos cuentan cómo lucecitas en el cielo.
Luz, energía y etiquetas
A veces la gente que más dice que está buscando su luz y energía, su iluminación interior y su paz es aquella que más pone dichas etiquetas.
No tengo nada en contra de la gente que creé mucho en la energía. En parte yo creo que dicha energía nos acerca o nos aleja de la gente sin tener una explicación muy clara. Hay gente que me transmite una paz la misma energía que irradia, y otra con una energía mayor o menor me deja incómodo cerca de ella y mejor le deseo buen camino y a lo que sigue.
Sin embargo, hay otra clase de persona que no había visto muy claro en mi vida, que siempre está tratando de darle un significado. Aquella que se vende como un ser de luz, un ser incapaz de hacerle daño a la gente. O inclusive, aquella que ya aprendió que no debe de andar dañando.
Sin embargo, me encontré con una persona que lejos de ser una persona que desea cambiar, trata de decir a primera de cambios que te conoce a la perfección por pequeños rasgos que pudiste mostrarle.
Aunque en muy pocas cosas le atinó, en general trató de venderme como una persona dependiente, una persona que siempre necesita estar con alguien alrededor y no saber qué hacer estando solo.
Desprenderse de la gente.
Cierto que me costó mucho trabajo y mucho tiempo llegar a ese nivel de independencia. Del hecho de qué no importe con quién estés, la primera persona que necesitas amar, y estar pleno es contigo.
Ese momento en que pasas muchas veces días estando contigo mismo y te sientes increíblemente por quién eres y como eres. Pero sin duda, si no estás contento estando con tus pensamientos. Hay algo que necesitas moldear en tu vida, y eso fue lo que me pasó.
Tal vez por eso me enojó tanto cuando me encasilló y me etiquetó sin conocer nada a fondo mi vida, mis pensamientos y mi forma de vida y de pensar.
Cierto, la reacción no fue la mejor, pero el hecho de que luz, de energía y de paz viniera a ponerme una etiqueta me hizo ver que sí, no está tan estable como uno cree. Y sobre todo, que como ella lo dijo creo que no pertenecemos al mismo tipo de ideas y no vamos al mismo rumbo.
Gente, por favor, eviten etiquetar a alguien. Muchos cambiamos de la noche a la mañana, y algunas veces cuando dicen conocernos muy bien, se dan una gran sorpresa de que ya no somos así.
Sigamos adelante y como lo dije más arriba… Buen camino. Frase que se le dice a los peregrinos del camino de Santiago cada vez que se despiden.
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Buen camino…